Durante la madrugada de esta Navidad, la ciudad de Lules fue escenario de un grave siniestro que puso en alerta a los servicios de emergencia y reavivó el debate sobre el uso de pirotecnia en la provincia.

Alrededor de las 1.41, se recibió un aviso de alerta por un incendio en en la calle Tucumán, en pleno centro de la ciudad. El fuego se originó en una galería que alberga tanto locales comerciales privados como dependencias de oficinas municipales.

Según los informes técnicos del cuerpo de bomberos interviniente, el foco ígneo se inició a partir de un globo aerostático de papel con motivos navideños que cayó sobre una zona de basura acumulada dentro del complejo. Las llamas se propagaron rápidamente, amenazando la integridad estructural de la galería y los archivos administrativos del municipio. El operativo de emergencia, que se extendió por exactamente dos horas, finalizó a las 3.41 tras un intenso trabajo de sofocación y enfriamiento que evitó que el desastre fuera total.

El hecho generó una inmediata y enérgica reacción de la Intendente de Lules, Marta Albarracín, quien a través de un comunicado oficial expresó su indignación y hartazgo ante la falta de responsabilidad ciudadana. «BASTA. BASTA DE PIROTECNIA. Siguen arrojando pirotecnia como si nada, como si no entendieran el daño que causan», sentenció la mandataria. Albarracín calificó el incidente no como un descuido, sino como un acto de irresponsabilidad deliberada: «¿Y si había personas? ¿Y si había niños, adultos mayores, animales? Esto no es un juego, es un peligro real», cuestionó, exigiendo a la comunidad un cese inmediato al uso de estos elementos que ponen en riesgo la vida y el patrimonio de los vecinos.

Actualmente, el área se encuentra bajo resguardo para realizar los peritajes finales, mientras las autoridades municipales evalúan el impacto de los daños en la atención al público para los próximos días. El suceso deja un saldo de preocupación en la comunidad luleña, evidenciando una vez más el peligro latente de los globos de papel en zonas urbanas densamente pobladas.

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En el lugar trabajó la dotación del Móvil 3, integrada por la chofer Sonia Venegas y los combatientes Cabo Cristina Fernández, Cabo Marco Cortez y el bombero Alfredo Cortez, con el apoyo en apresto de la bombera Milagros Chávez. Gracias a la rápida intervención, no se registraron personas heridas ni víctimas fatales, aunque los daños materiales en los comercios y las oficinas públicas son de consideración.

Anoche se derrumbó el techo de la confitería “La Estrella”, en la esquina de Lamadrid y 9 de Julio, en Barrio Sur. A pesar de la magnitud del colapso, no se registraron personas heridas, un desenlace que fue calificado como una “desgracia con suerte”.

El hecho ocurrió de manera imprevista. En el momento del derrumbe no había clientes dentro del local, aunque sí se encontraban trabajando tres empleados. Según relataron testigos y confirmaron fuentes del lugar, los trabajadores advirtieron la situación y lograron salir a tiempo, resultando ilesos.

De acuerdo con las primeras versiones, el colapso habría sido provocado por la caída de un tanque de agua que, al vencerse, afectó la estructura del techo y provocó el derrumbe. La fuerza del desplome generó daños materiales importantes en el interior del bar y obligó a un rápido despliegue de los equipos de emergencia.

Bomberos de la Policía y personal de seguridad trabajaron en el lugar para asegurar la zona, evaluar riesgos y evitar nuevos desprendimientos. El tránsito fue parcialmente restringido mientras se realizaban las tareas preventivas y de inspección.